Preocupados por el alarmante índice de asesinatos y desapariciones forzadas que evidencia nuestro país y conmovidos por el estado de indefensión en que se encuentran las familias de las víctimas, el manto de miedo y de silencio que impide apalabrar lo sucedido y la alta dosis de impunidad que rodean todas aquellas muertes, nos dimos a la tarea de “registrar” lo que viene pasando con el fin de visibilizar el estado de precariedad en que se encuentra el derecho a la vida; promover acciones de resistencia a la desmemoria, la injusticia, la violencia y el autoritarismo y generar acción social en defensa de la vida, desde el enfoque de no violencia activa.
Tomando como experiencia la propuesta en el espacio que la Fundación Cultural Rayuela instalara en la Plaza de Bolívar de Bogotá, denominada “Monumento por la Memoria, la Dignidad y la Vida” , se realizó en la ciudad de Tunja, en el mes de julio del 2008 la Primera JORNADA POR LA MEMORIA Y POR LA VIDA en la cual se fijaron en el piso 600 afiches, 150 Bloques de ladrillo con nombres de víctimas del conflicto armado, 50 retablos con fotos, así como la puesta en escena de un performance realizado por 60 jóvenes. Entre los años 2009 y 2024, se han realizado jornadas periódicas en las ciudades de Tunja, Sogamoso y Paipa.
Con este dispositivo, conformado por cientos de ladrillos blancos que tienen inscritos los nombres de un sinnúmero de víctimas, el conflicto armado y la violencia sociopolítica, se han generado diálogos comunitarios sobre nuestras maneras de vivir y de relacionarnos, se incentiva el surgimiento de otras versiones de la memoria, distintas a la memoria “oficial”; hemos empezado a movilizar acción social en defensa de la vida y sentimos que estamos incidiendo en la construcción de opinión pública a favor de la verdad, la justicia y la reparación integral, vistas y asumidas desde la perspectiva de las víctimas.
Este Monumento constituido es un pretexto para la construcción y la activación de la memoria (siempre que se instala se recogen nuevos datos suministrados por los familiares de las víctimas); un incentivo para resistirse individual y colectivamente a la desmemoria y el olvido; un ámbito propicio para la aparición de la palabra y la ensoñación de renovados proyectos de convivencia y de futuro y un pretexto propicio para la elaboración de duelos.
Como propuesta en Boyacá, al interior del Monumento, se han realizado acciones performáticas como mecanismo de formación y promoción de los derechos humanos en la comunidad infantil y juvenil; desde el año 2009 se viene desarrollando al interior de la instalación de cada uno de los monumentos un performance, en el que se han involucrado jóvenes de distintas procedencias. Para el año 2010 se genera una alianza con el Teatro Experimental de Boyacá, quienes han aportado significativamente a la instalación del monumento y a la formación de jóvenes en la reflexión sobre los derechos humanos desde las artes, provocando así mayor reflexión en la comunidad en general sobre el fenómeno de la violencia en nuestro departamento.
En el año 2012, coincidimos en la necesidad de “legalizar” las acciones implementadas, nace entonces la “Corporación Zoscua, Desalambrando fronteras” identificada con Nit: 900502947-9”, para de esta manera poder realizar un trabajo más significativo y con mayor movilidad social y alianzas
En el año 2014, como propuesta del Teatro Experimental de Boyacá y vinculando a familiares de víctimas, en la ciudad de Tunja se instala el Muro por la Memoria, la Dignidad y la Vida que coloca en forma permanente los rostros, haceres y recuerdos de las víctimas en Boyacá. El Muro ha sido conservado en forma íntegra y es motivo de peregrinación constante por parte de las familias de las víctimas que accedieron estar expuestos allí.
Nos resistimos a creer que una sociedad digna se construye olvidando a los muertos o echando tierra a la historia. La verdad, la justicia y la restitución de la dignidad pérdidas son los insumos básicos para que lo acontecido no vuelva a repetirse ¡NUNCA MÁS!